15/06/2020 16:28 h.
Jornada: Los derechos y las situaciones de maltratos de las personas mayores
En el marco del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato hacia las Personas Mayores, la Diputación de Barcelona ha organizado, el 15 de junio, la Jornada virtual "Los derechos y las situaciones de maltratos de las personas mayores” con más de 80 persones asistentes.
La jornada ha querido dar visibilidad a los maltratos a las personas mayores en la provincia de Barcelona, donde se han detectado 392 casos en 2019 en 42 municipios. De estos, el 76% son mujeres, de entre 80 y 84 años, sin deterioro cognitivo pero con necesidades de apoyo para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
El objetivo de la jornada ha sido compartir un espacio de debate sobre derechos y situaciones de maltrato con la ponente Lourdes Bermejo y profundizar en los retos que tiene la sociedad para garantizar los derechos de las personas grandes que últimamente se han visto vulnerados en la situación que estamos viviendo por la COVID-19
La presentación de la jornada y de la ponencia ha sido a cargo de la diputada del Área de Cohesión Social, Ciudadanía y Bienestar, Lluïsa Moret, que ha defendido que hay que “dar respuesta a estas situaciones de sufrimiento individual y social desde diferentes perspectivas, como por ejemplo la prevención, la atención y la sensibilización”. Por eso, desde 2007 la Diputación de Barcelona ha puesto en funcionamiento, con los ayuntamientos, un instrumento de recogida de datos y de diagnóstico, formación para profesionales, asesoría jurídica y equipos de atención especializada, entre otros.
La jornada ha contado, por un lado, con la conferencia sobre Los derechos y la situaciones de malos tratos de las personas mayores, a cargo de Lourdes Bermejo, gerontòloga y pedagoga, y vicepresidenta de la Asociación Española de Geriatría y Gerontología. Por otro lado, el debate con las personas asistentes se ha iniciado con las intervenciones de Mercè Mas, miembro de Plataforma AGE Europa, y de Josep Carné, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Grandes de Cataluña.
Lourdes Bermejo ha hablado del cambio evolutivo del que hoy se considera maltrato y quizás hace unos años no se consideraba. Ha defendido que es imprescindible sensibilizar, formar y trabajar con la ciudadanía, las personas cuidadoras y los y las profesionales sobre el que significa este fenómeno, con la voluntad de mejorar la detección de casos y reforzar su prevención.
También ha explicado los tres niveles de análisis que determinan cuál es el modelo de intervención que tenemos que trabajar e impulsar, desde el más macro, en que hay que adaptar la sociedad en la longevidad y garantizar los derechos de dignidad, libertad, igualdad y justicia a las personas grandes; el nivel meso de la institución donde hay que revisar aspectos como la comunicación, los espacios y la accesibilidad cognitiva; y el nivel micro de las relaciones interpersonales, en que hay que valorar a las personas grandes y respetar sus decisiones y criterios.
Además, ha reflexionado sobre el paradigma del envejecimiento activo, los derechos de las personas mayoresy como trabajar aspectos como la diversidad, la imagen y los estereotipos y, sobre todo, las consecuencias del impacto de la COVID. En este sentido, ha alertado que durante esta crisis se ha dado una imagen de las personas mayores negativa, se las ha desvalorizado y tratado con una actitud paternalista. Ante esto ha defendido que hace falta, entre otros, “invertir desde los servicios sociales en bienes intangibles, en acompañamientos y procesos que generen entornos de apoderamiento de las personas más frágiles y de valorización de las curas”.
Lluïsa Moret ha cerrado la jornada agradeciendo a todas las persones participantes y asistentes y ha remarcado que “hay que crear un sistema público de las curas, repensar todos los servicios y recursos y, a la vez, revisar profundamente y revalorizar las profesiones sociosanitarias, actualmente altamente precarias y feminizadas”. Por eso, ha recordado que la Diputación de Barcelona apuesta por políticas públicas que fomentan el envejecimiento activo en todos los ámbitos de la vida de las personas.
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