16/10/2024 10:06 h.
El Racó del Trampolí, tienda solidaria
Imagen: Maite Cobos
- La Gerencia de Servicios de Comercio entrevista Maite Cobos, fundadora y directora del Trampolí.
¿Qué es El Trampolí y por qué se creó?
El Trampolí es una entidad que nace en 2000 de la necesidad que observan hermanos y amigos de personas con discapacidad psíquica de dar a este colectivo las herramientas necesarias para ayudarlos a integrar plenamente en la sociedad y de buscar respuestas satisfactorias en todos los ámbitos de su vida.
¿Qué ha sido su evolución?
Nació en un garaje donde hacíamos encuentros quincenales. Ahora somos un grupo de 30 profesionales que atendemos unas 90 personas con discapacidad psíquica, desde las que viven en un piso tutelado a las que solo vienen a clases de cocina.
¿Cuáles son los objetivos y qué actividades propone para conseguirlos?
Nuestros objetivos son:
- Potenciar las capacidades creativas, la autoestima y la autonomía de las personas con discapacidad psíquica, estimulando su crecimiento personal y su integración social.
- Ofrecer a las personas con discapacidad psíquica las herramientas necesarias para integrar a la sociedad.
- Buscar la superación de sus dificultades a través de una gran variedad de actividades y talleres que se adaptan a sus necesidades y capacidades (musicoterapia, yoga, teatro, pintura, autonomía doméstica, arteterapia, salidas culturales, etc.).
- Contribuir a la sensibilización de la sociedad para potenciar la presencia del colectivo dentro de esta, dando la oportunidad que se los conozca y entienda.
- Desarrollar iniciativas relacionadas con la vivienda, el ámbito laboral, cultural, de ocio, para potenciar su integración.
¿Cómo funciona El Trampolí?
Somos una entidad pequeña, pero damos mucho valor a nuestra independencia. Solo el 10% de nuestro presupuesto proviene de subvenciones de las administraciones públicas. El resto proviene de los ingresos por los servicios que ofrecemos al colectivo y de las actividades como las tiendas solidarias y el bar restaurando. A pesar de que nuestro funcionamiento está totalmente profesionalizado, la tarea de los voluntarios es muy valiosa y necesaria para lograr nuestros objetivos.
¿Por qué decidisteis abrir tiendas de proximidad y por qué concretamente tiendas de artículos de segunda mano?
El Racó del Trampolí es el nombre de nuestras tiendas solidarias, donde se puede encontrar todo tipo de artículos nuevos o usados, siempre fruto de las donaciones de particulares y empresas.
Es un proyecto del Trampolí que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad psíquica y su integración sociolaboral, así como para servir de fuente de financiación para otros proyectos de nuestra entidad.
¿Dónde tenéis ubicadas las tiendas y como escogisteis los diferentes emplazamientos?
En estos momentos tenemos un bar restaurando en la Bisbal d'Empordà y cuatro tiendas solidarias en Barcelona, Blanes, Torroella de Montgrí y la Bisbal d'Empordà. En general, la dificultad es encontrar locales bastante grandes, pero con un precio que resulte viable. En el fondo, acabamos a lugares donde hemos encontrado también la complicidad de los propietarios de los locales.
¿Cómo funcionan?
Todo el mundo es bienvenido cuando se acerca a una de nuestras tiendas solidarias para hacernos donación de cualquier cosa. Si se trata de muebles u objetos de grandes dimensiones, tenemos un pequeño camión para poder hacer recogidas a domicilio.
Una vez en nuestros locales, se comprueba el estado de los artículos, se limpian o reparan si es necesario y se ponen a la venta. Es una tarea conjunta entre los trabajadores cualificados (con discapacidad o sin) y los voluntarios. Cada cual aporta en función de sus habilidades y capacidades. Tenemos que ser conscientes que nuestros recursos son muy limitados, tanto en cuanto a los espacios como las personas, y que en la hora de aceptar las donaciones quizás tenemos que decir que no porque no nos caben más cosas, porque de aquel tipo de artículo ya tenemos muchos, porque aquel tipo de artículo no tiene salida, etc.
Agradecemos mucho que todo nos llegue limpio y en perfectas condiciones de uso, puesto que, si no es así, no tenemos ni el tiempo ni el espacio ni las habilidades ni las herramientas para poderlo hacer nosotros.
¿Cuál es la oferta comercial que ofrecéis a vuestra clientela?
En nuestras tiendas se puede encontrar de todo: libros, discos, ropa, zapatos, objetos de decoración, muebles, antigüedades, etc. Se tiene que tener en cuenta que siempre todo el que se puede encontrar es fruto de donaciones y, por lo tanto, es muy diverso.
Nuestro criterio en la hora de aceptar las donaciones es siempre el mismo: que tenga salida. No se trata de si es nuevo o viejo, sino si se puede encontrar alguien que esté interesado. Ya nadie busca enciclopedias por más que estén cómo nuevas y, en cambio, hay personas que buscan muebles escacharrados para poderlos restaurar.
¿Cuál es el perfil de vuestra clientela?
Hay de todo. Quién busca encontrar cosas con precio muy reducido, quién le gusta remover para encontrar «pequeños tesoros», quienes viene a buscar ropa y objetos vintage, quienes viene por ecologismo, etc.
Todo el mundo es bienvenido. Si hablamos de las tres erres del consumo responsable —reducir, reutilizar, reciclar—, podemos decir que nuestras tiendas solidarias son una buena herramienta para lograr este consumo responsable.
¿Cómo os acoge el vecindario del barrio donde están ubicadas las tiendas?
La complicidad del vecindario es una de las claves del éxito del proyecto. Como clientes, como voluntarios, siempre hemos buscado y hemos encontrado la participación y la implicación de la comunidad. Por ejemplo, la sección de libros o de música de nuestras tiendas casi siempre es dirigida por un grupo de voluntarios.
El Rincón del Trampolín es mucho más que una tienda solidaria. Se trata de un espacio de encuentro y cohesión social de personas de todas partes. Un espacio abierto, social, con mucha vida, donde la comunidad y los usuarios de este colectivo se encuentran como casa suya. Es un espacio donde, gracias al esfuerzo de trabajadores y voluntarios, los usuarios de nuestra entidad han participado en la actividad comercial de las tiendas solidarias, hecho que permite trabajar tanto capacidades específicas laborales (atención en el cliente, orden y mantenimiento del género, cura de las instalaciones...) como capacidades transversales (comunicación, lenguaje, autonomía, iniciativa...).
¿Cómo hacéis la difusión y la promoción de vuestros establecimientos?
Con actividades participativas en las tiendas (clubes de lectura, talleres, presentaciones de libros...), con el boca-oreja, a través de las redes, con la participación de nuestro grupo de teatro en alguna actividad local, etc.
¿Cuántos puestos de trabajo habéis creado en total, y concretamente cuántos puestos de trabajo podéis ofrecer al colectivo con discapacidad relacionados con las tiendas?
Hoy por hoy somos cerca de 45 personas, entre administración, atención directa, tiendas, bar, etc., entre las cuales hay siete personas con discapacidad psíquica que han encontrado una oportunidad laboral en nuestra entidad.
¿Cómo repercuten en el colectivo con discapacidad los beneficios que obtenéis de las tiendas?
Además de los puestos de trabajo directos para personas con discapacidad y del impacto que provocamos a la sociedad a través de la visibilidad y la sensibilización sobre su realidad y sus retos, hay que tener en cuenta que casi la mitad de los ingresos de la entidad provienen de las tiendas solidarias.
¿Qué proyectos de futuro tenéis?
Ahora estamos trabajando en la consolidación de nuestra academia de televisión y buscando nuevos locales donde podamos abrir nuevas tiendas. Pero más allá de esto, que es muy inmediato, estamos trabajando en el proyecto de un nuevo centro integrado (de día y residencia) para poder dar un servicio mejor con una eficiencia más alta.
¿Cómo se puede ayudar en vuestro proyecto?
Podéis contribuir con la donación de artículos y con el voluntariado. Y con vuestra compra mejoráis la calidad de vida de estas personas. ¡Veníd a nuestras tiendas solidarias!