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Aportar una serie de técnicas de participación y apropiación social del entorno físico que, bajo el paraguas del urbanismo táctico, sirvan de apoyo/motivación para realizar intervenciones concretas en los barrios.

Empieza con la identificación de actores externos (sociales, comerciales e institucionales) de cara a la realización de un taller colaborativo en el cual se escuche a las diferentes partes, se concreten acuerdos, se sellen alianzas entre actores y se definan agendas comunes.

Entre las técnicas utilizadas, se encuentra el diagnóstico de síntesis territorial (DOFA), la lluvia de ideas o el juego de agrupación por conjuntos.

Entre las intervenciones de urbanismo táctico más destacables se encuentran: mobiliario público artístico; textos e imágenes en palos, paredes o suelos; señalización complementaria en zonas de peatones o de juego; y murales que embellezcan el espacio público (especialmente el degradado).

Fomenta la escucha activa y colaboración entre diferentes actores presentes o involucrados en el barrio.

Requiere tiempo y gran capacidad de lograr acuerdos y consensos entre partes con visiones o intereses potencialmente confrontados.

Las intervenciones de urbanismo táctico son generalmente inmediatas y poco costosas, pudiendo servir para evaluar la funcionalidad y percepción por parte de la comunidad de cara a convertirlo en permanente.